Antonio Astorga, El Mundo, 20/11/1992
El escritor y diplomático argentino Abel Posse acusó ayer a las «sociedades opulentas» de generar la violencia, el terrorismo y la xenofobia que están destruyendo los valores del ser humano, minando el campo de las ideas y erosionando la crítica. «La violencia se ha trasladado al cuerpo social», dijo Posse que propuso como alternativa «el gran pueblo de Miguel de Cervantes, un pueblo vivo lleno de fantasía, imaginación y libertad.»
Abel Posse, autor de obras como ‑Los perros del paraíso‑, participó ayer en el Congreso internacional «Literatura de dos mundos: El Encuentro», organizado por la Universidad de Murcia, y lanzó una feroz crítica contra las sociedades opulentas, generadoras de la violencia que destruye el mundo, contra las sociedades de alto riesgo, «mucho peores que las dictaduras»‑matizó‑, y contra el terrorismo que ataca las ideas y la critica: ‑Hoy en día se confunde el final de las ideologías con el final de los dogmas. En los países del Este la democracia se concibe como una idea pueril, el liberalismo economicista ha envejecido. No hay salida porque las sociedades no producen cultura, sino que la agreden transformándola en una subcultura».
Ante este panorama desolador, el escritor argentino reivindica la cultura y la creación literaria como elementos capitales del gran pueblo de Miguel de Cervantes en el que vivimos: «Formamos parte del pueblo de la imaginación, de la fantasía y de la libertad que tiene un solo maestro: Cervantes. Hemos rescatado la novelística y la poética de este extraordinario autor. En Borges, en Lezama Lima, en Carpentier, en García Márquez hay un rescate de Cervantes desde la búsqueda de lo universal hasta la indagación en lo más profundamente humano. Nuestra creación literaria es heredera de Cervantes. Existe una gran literatura española, asentada en nuestro gran tesoro que es el idioma y así, Valle‑Inclán es tan iberoamericano para nosotros como Borges es tan español para los españoles».
Abel Posse realizó. durante su lección magistral, una apasionada defensa del idioma común que une a Iberoamérica y a España: el español: «Nos pertenecemos mutuamente, y en el lenguaje, en la expresión idiomática, reside nuestra gran fuerza y nuestra verdadera unidad. Posemos una gran reserva de valores y un enorme campo de realidades».
El autor de «El largo atardecer del caminante» (premio del V Centenario, que pronto estará en las librerías), subrayó la fuerza del imperio cultural y de la literatura en habla española. «La cultura no es el mundo en el que viven los políticos, sino el universo de los pueblos. El fenómeno de la incultura asesina los valores del ser humano, provoca brotes de xenofobia del mima modo que la concentración de sistemas culturales amenaza a los sistemas políticos. La hispanoamericana era hasta no hace mucho una cultura postergada. Pero gracias a la fuerza y al empuje del idioma ha perdido su complejo».
«El español ya es el primer idioma del mundo ‑destacó Abel Posse‑; es el más hablado, con sus valores, carácter, significación, estilo de vida e idiosincrasia. Desde la grandeza del Imperio de Carlos V hasta la actualidad, la novela, la poesía y la literatura en español está en la base de este imperio idiomático y cultural».
Para Posse, «la búsqueda de la realidad a través de la imaginación genera un fenómeno de extraordinaria importancia: el de la libertad del lenguaje. La literatura. que anduvo delante del político y el filósofo, rescató el principio de fantasía, se acercó a la realidad desde la perspectiva estética creando un proceso revolucionario. Así pudimos observar cómo la lenta izquierda argentina (tan arrogante corta los bonaerenses) terminó aceptando que Jorge Luis Borges era un escrita revolucionario, cuando en vida le persiguieron por sus chistes de derechas y su visión de lo inmediato».
Desde la ficción borgiana a la narrativa española.
Desde la ficción borgiana al universo narrativo de Gonzalo Torrente Ballester, Camilo José Cela o Miguel Delibes, sin olvidar la pervivencia del Barroco, los escritores, catedráticos y críticos que participan en el «Congreso Internacional Literatura de dos mundos: El encuentro» han profundizado en las conexiones mutuas de las literaturas iberoamericana y española, así como en el incalculable le gado que la obra mítica de estos creadores ha dejado para las nuevas generaciones.
El poeta y novelista José Manuel Caballero Bonald, que analizó la persistencia del Barroco en la creación literaria hispanoamericana, destacó el equilibrio armónico de la tradición renacentista y la imaginación poética como fundamento de la experiencia creadora.
El catedrático Gonzalo Santonja reveló di versos datos sobre la publicación en España de las primeras novelas de autores de la talla de Miguel Ángel Asturias, Alejo Carpentier, Arturo Uslar Pietri, reconstruyendo y documentando la historia editorial de títulos como ‑Leyendas de Guatemala‑ (primer libro de Asturias) o ‑Las lanzas coloradas‑ (de Uslar Pietri).
Por su parte, el escritor argentino Saúl Yurkievich analizó la creación literaria de Jorge Luis Borges, a quien definió como .supremo y magistral hacedor de la ficción literaria‑. Yurkievich señaló que Borges alcanzó su mayor capacidad expresiva en el relato coito.
Américo Fenari subrayó en su ponencia el compromiso con la libertad y con la independencias de autores de la calidad humana de Camilo José Cela y Miguel Delibes, comprometidos a través de su otra con su época, con su entorno social y real, con su universo literario y con el ser humano en sus múltiples facetas.
Por último, el diplomático y escrita chileno Jorge Edwards señaló que en su país ‑se lee literatura francesa, norteamericana, italiana y bastante poco española.. En su opinión, «la literatura hispanoamericana está poco atenta a la historia del idioma y la española tiene a veces la limitación de ignorar lo que se ha hecho con el español en Iberoamérica.