Maritza Jiménez, El Nacional, 26/07/1987
«La novela ha sido la única forma de convocarnos en una asamblea que políticamente no ha existido nunca en América Latina. A través de la novela, nos hemos conocido. Ha sido un puente secreto que se ha establecido entre nosotros desde nuestros años de lectura adolescente y ese extraordinario aparato creador está sentando las bases de lo que algún día va a tener que cristalizar en un lenguaje de unidad»
Sorpresivamente, llega hasta nosotros desde Israel «a más de diez mil millas de distancia», la voz y el mensaje de Abel Posse. Esa voz y ese mensaje que ha vertido a la forma literaria a lo largo de cinco novelas, con la última de las cuales «Los perros del paraíso» recibe el V Premio Internacional de Novela «Rómulo Gallegos».
«Es una novela -confiesa por el hilo telefónico- que publiqué en 1983 y que de alguna manera da continuidad a ni novela anterior, «Daimón«. En ambas planteo un poco a historia de nuestra América, vista a través de la aventura surreal de Colón, como el choque de dos civilizaciones, de dos visiones; la cristiano-católica enfrenta a la visión naturalista de los habitantes originales de estas tierras. Es el análisis de esa durísima situación de un mundo que no ha nacido».
¿No hemos nacido?
No, creo que esa tarea la está llevando a cabo nuestra literatura, ella nos está liberando, a través de la imaginación y la fantasía, del mensaje racional, totalmente dependiente, que siempre hemos recibido como estructuras culturales de dependencia. Los hombres de la cultura estamos a la vanguardia creando una conciencia que los políticos no alcanzaron. Por eso la novela histórica, como el análisis de una madurez que todavía no tenemos. El sueño de Bolívar aún no se ha cumplido.
¿Cómo es vista, hoy en día, internacionalmente, nuestra novelística?
Yo creo que está reconocida en todo el mundo, por su fuerza vital extraordinaria, dentro del clima de decadencia de la literatura angloeuropea y a 20 años de los logros de la literatura norteamericana de Faulkner y de Hemingway.
¿Y la poesía? porque usted también se inició como poeta.
Sí, y continúo escribiéndola. Poesía privada, por supuesto. La poesía es algo demasiado secreto para darlo a conocer por los mecanismos de la imprenta. Pero sí es cierto que la poesía tiene una importancia extraordinaria en la forja de nuestras letras actuales. Toda nuestra literatura de valor, desde García Márquez, pasando por Borges, el gran maestro Carpentier, surge de un análisis de la palabra que no era el tradicional que habíamos recibido de la prosa europea. Los escritores latinoamericanos se detuvieron en la palabra para crear expresiones de significado y belleza que le dan una tónica muy propia a nuestra literatura. Y eso se debe fundamentalmente a la poesía, a los poetas, pioneros de nuestras letras: Huidobro, Vallejo, entre tantos otros. Nuestra literatura –repitió- es el paso más grande que hemos dado: el de la liberación por la imaginación.
Toda esta reflexión sobre nuestra narrativa hoy, será tema del diálogo que tendrá lugar mañana lunes, a las seis de la tarde, con los miembros del jurado que otorgó el premio a Abel Posse y con el propio autor, el próximo 2 de agosto, cuando le será entregado el galardón.