Sinopsis:
En la euforia creadora de la Argentina de fines del XIX, Felipe, 'barón del azúcar', se despierta en un vómito de sangre. Ya no podrá sumarse a la aventura de "arrancar de la nada del desierto y del atraso un gran país, un país de primera". Heredero de uno de aquellos importantes ingenios tucumanos que constituyeron la primera experiencia industrial argentina, Felipe se despide de su edén subtropical e inicia una extraña odisea finisecular. Deja atrás a su mujer, sus ocho hijos, sus caballos y su sofisticada amante. El 'mal del siglo' lo obligará a esperar más el milagro que la cura.
Parte hacia Buenos Aires, donde se gesta el alma de una gran ciudad, cosmopolita, elegante, violenta. Luego vendrá el lujoso transatlántico y París. Allí, Felipe huirá de los hospitales prestigiosos y la compañía de los rastacueros, y elegirá en cambio el esoterismo espiritista de Madame Blavatski y a un poeta casi desconocido –un tal Rimbaud-, que lo arrastrará a los desiertos de Egipto.
Las páginas de El inquietante día de la vida ofrecen un increíble despliegue de existencia y mundo, así como retratos inéditos de Roca, del exquisito Alberdi, de Groussac, del intratable Sarmiento, del Iturri del París gay. En esta novela se reencuentran las constantes de la obra de Abel Posse: la rebelión frente al absurdo del destino humano y, a la vez, la búsqueda del amor y el arte, como eternas promesas de salvación.
Críticas:
El valor más importante de esta novela por la que su creador recibe hoy el Premio Academia Argentina de Letras reside tal vez, en su estilo. Tengo para mí que el estilo es, siempre, el protagonista principal de un libro. El de Abel Posse responde a la feliz elaboración estética de una prosa rica en asociaciones verbales reveladoras, en continuas disquisiciones expresadas con sutileza y brillo. El inquietante día de la vida es una novela que merece el adjetivo que Claude Couffon aplicó a Los perros del Paraíso: « fascinante », sobre todo para nosotros, los argentinos de hoy, que tenemos sobrados motivos para añorar aquellos tiempos en los que personajes como los nombrados Sarmiento, Alberdi, Mansilla, Roca. Wilde, imaginaron y construyeron el país opulento que medio siglo después empezaría a ser saqueado, empobrecido, por el latrocinio, la corrupción y la mediocridad de quienes deberían haber continuado aquella obra. Borges escribió: « Somos nuestra memoria, somos ese quimérico museo de formas inconstante, ese montón de espejos rotos ». Gracias, Abel Posse, por haber reconstruido esos espejos rotos y hacer que en ellos se reflejara la memoria de lo que fuimos. Gracias por la belleza y perdón por la nostalgia.
Antonio Requeni, « Entrega del Premio Academia Argentina de Letras al novelista Abel Posse », La Nación, 2002
En manos de la magistral pluma de Abel Posse se despliega una trama cautivante y conmovedora para el lector, con múltiples capas y tamices donde se confunden la Historia y la ficción. (…) El inquietante día de la vida es un ejemplo paradigmático de la llamada nueva novela histórica plasmada en un leguaje poético cuya mirada oblicua y sesgada nos convida a un panorámico friso de un tiempo que transformó al país y que paradójicamente sembró los dilemas con los que hoy convivimos.
Roberto H. Esposto, « La novela tucumana de Abel Posse », La Gaceta, Tucumán, 06/11/2016 y "Book Review : El inquietante día de la vida de Abel Posse", Antipodas, Journal of Hispanic and Galician Studies, n°13-14, pp.276-277.
Ediciones en Castellano:
- Emecé, Buenos Aires, 2001
- Samarcanda
Ediciones Internacionales:
- Galimundo, Santiago de Compostela Galicia (2004)