Pedro Escribano, La República, 17/06/1999
Nada más oportuno para desentrañar a un argentino que otro argentino. El escritor y embajador de Argentina en nuestro país, Abel Posse -Premio Rómulo Gallegos-, esta noche disertará sobre el gran autor de Ficciones con la conferencia denominada: El caso de Borges, Recuerdos de amistad, valoración de la obra, relación con su tiempo y la literatura, son algunos temas que abordará el escritor diplomático. La cita es el Centro de Investigaciones Literarias, Antonio Cornejo Polar: Av. Benavides 3070, Miraflores. 7:30 PM. Aquí un adelanto.
De Borges se tiene una imagen de persona huraña. ¿Era un hombre difícil?
No, para nada. Era un poco frío porque era un hombre muy distante. Tenía una especie de gentileza que antes de acercar, distanciaba…británica. Pero de todas maneras, cuando se hablaba de lo que a él le interesaba, la literatura, era inagotable y opinaba con toda libertad.
¿Y la política?
No le interesaba. Borges era un hombre que vivió en un universo absolutamente literario, casi como él decía, una biblioteca.
¿Erudito?
Desordenado. Borges tenía enormes lagunas y e intensos conocimientos de cosas muy particulares que le servían para escribir su obra. Jamás pretendió tener un conocimiento cuidadoso, enciclopédico, académico, sobre ninguna materia. Recuerdo que cuando hablábamos sobre literatura latinoamericana, no había leído a nadie ni le interesaba. Me dijo que le habían leído cien páginas de Cien anos de soledad y que le habían parecido bien, pero nada más.
Recientemente Arturo Pérez Reverte ha llamado gilipollas a Borges por menospreciar la literatura de tradición española…
Yo lo que diría al pobre Pérez Reverte que escriba cinco frases como las de Borges… nada más. Pero aparte de eso, me explico que Pérez Reverte se haya asumido la responsabilidad ibérica de vengar las cosas que dijo Borges contra los escritores españoles. Borges dijo cosas muy negativas, pero me parece que es una tontería esto de insultar a Borges, no viene al caso. Será gilipollas en las categorías de Pérez Reverte, pero Borges es el más grande renovador de la lengua española.
Borges es más conocido por su prosa, ¿y su poesía?
La poesía es como una continuación de su prosa, como una precisión, un ajuste sobre el mismo estilo que él tenía.
Si bien decantó la prosa, detractó la novela. ¿Una posición hipercrítica, verdad?
Sí, pero realmente a él no le gustaban las novelas y me parece que eso provenía de su gran crítica sobre el esquema de la tradición de la novela francesa, incluido Joyce. No apreciaba la visión racional de la narrativa que se origina en Francia y que domina toda nuestra época. El vivió como aislado.
Sin embargo como narrador ha enseñado a escribir muchos escritores latinoamericanos…
Sí, porque él le dio una personalidad a la palabra, a la frase, más que a la página. Nosotros estábamos muy acostumbrados a la palabra instrumental, que narra un hecho o una idea. Borges rescató en la prosa un poder de la palabra que es exclusivo y digno de la poesía. En ese sentido, influyó a muchos escritores latinoamericanos. Pero curioso, más lo admiran que lo siguen. Carpentier, García Márquez, Lezama Lima, por ejemplo, no le deben nada a Borges.
¿Un escritor sin discípulos?
Para mí, no tiene seguidores. El tenía un lenguaje que no era para novela.
Sin seguidores, como él quería, que abominaba la cópula v los espejos, porque estos reproducían a los humanos…
Sí, decía algo muy lindo, que no podía entender esas novelas donde el autor cuando entra a una habitación se cree con la obligación de describirnos todos los muebles que hay en ella. Se burlaba de Flaubert y esa actitud de la novela francesa que se aproxima a la vida para contarnos cómo es la realidad. Todo eso abominaba Borges.
Borges fascina, con otras cosas, por su culto a la frase ….
Exacto. Fue un creador que le dio peso al lenguaje más que a las historias que se narran. En ese sentido, el gran aporte de Borges es que nos rescató del aburrimiento.