Fermín Ramírez, Uno más Uno, 15/07/1989
«El viajero de Agartha” empieza como novela de espionaje para terminar como obra filosófica. El personaje central es un oficial alemán nazi que, a cargo de una misión extraña, realiza un viaje fantástico y descubre una zona donde la realidad se confunde con la metafísica», expresó el escritor argentino Abel Posse a Unomásuno en entrevista telefónica, desde su casa en Buenos Aires, al ser interrogado sobre la obra con la que obtuvo el Premio Literario Internacional Novedades-Diana 1988-89.
«La novela –agregó- la escribí durante mi estancia al servicio diplomático de mi país; como embajador de Argentina en Israel. La corregí en 1988 en Buenos Aires. Retoma el esoterismo y reflexiona sobre la represión y el autoritarismo. Al analizar el nazismo en particular toco directamente el drama de la represión en general».
¿La novela se basa en hechos reales?
Parte da hechos reales, pero el escritor tiene la opción de pasar de lo circunstancial a lo esencial. Es de este modo como El viajero puede convertirse en una metáfora de la represión.
¿Considera importante la labor de la agencia literaria de Carmen Balcells en la difusión de sus libros?
Una obra vive por sí misma o muere por sí misma. La agencia sólo establece vínculos. La mejor forma de difundir un libro es meterlo a un concurso.
¿Que tan atractivo es para usted el premio económico de 30 millones de pesos mexicanos?.
En estos momentos a cualquier escritor argentino le viene bien un premio económico, por la crisis que actualmente vivimos. En mi caso, mi trabajo como diplomático me hace tener una mejor situación que muchos escritores jóvenes, pero en general todo el ámbito donde desarrollamos nuestra función tiende a reducirse. Ha decaído enormemente la venta de libros y la producción de revistas.
Abel, entre las obras finalistas del Premio Literario Novedades-Diana estuvo Contratiempo, de Daniel Gutman, compatriota suyo. ¿Existe un buen momento de la literatura argentina, en medio de la crisis económica?
Así es. No olvide que los grandes movimientos literarios están ligados estrechamente a la crisis; así ocurrió con los escritores de la Rusia prerrevolucionaria; por ejemplo. Recuerde a Dostoievski, Tolstoi, y Chejov, entre otros: En las crisis, los escritores viven en carne propia lo que sus libros expresan. Además no hay que olvidar que Argentina es una capital literaria. Ocurre también que la crisis nos obliga a buscar nuevos horizontes, donde nuestra obra pueda ser publicada.
Al enterarse que Juan José Arreola integró el jurado que analizó las obras inscritas en el concurso convocado por Novedades y Diana, expresó Posse: «Arreola se habrá equivocado. Me da vergüenza saber que él estuvo entre el jurado, porque es un estilista extraordinario».
En realidad, el voto de Arreola, como informamos en su oportunidad (unomásuno: 13/07/89), fue para la novela de Daniel Gutman.
Abel, ¿a qué se debe la tendencia reforzada en los escritores latinoamericanos a escribir novelas basadas en hechos históricos?
Yo mismo soy un escritor de novelas históricas. Pienso que en América, continente no nacido y frustrado, buscamos a través de la literatura las claves de nuestra frustración. El viaje de Bolívar, narrado por Gabriel García Márquez en El general en su laberinto, es una gran reflexión sobre el destino de América. Se escriben novelas con temas históricos para buscar estas claves, más que por un interés técnico.
Por cierto; ¿qué opina de los festejos que preparan algunos organismos con ocasión del V centenario del llamado «encuentro de dos mundos» o «descubrimiento de América»?
En realidad fue también un descubrimiento de Europa. Un doble descubrimiento. Por otra parte, la palabra festejo me causa un escozor profundo. Debe haber una conmemoración madura y reflexiva, sobre un hecho profundo. El que se piense en festejos me parece infantil y fascista. Debe ser una conmemoración dramática. Si bien somos un continente mestizo y culturalmente hemos integrado elementos de la Cultura imperial, tenemos que enriquecer cada vez más nuestra cultura con elementos de la cultura americana precolombina. En la conmemoración de ese V centenario deben adoptarse medidas hacia el futuro; no debe terminar en una parranda de diplomáticos, eso no debemos apoyarlo jamás.