Joseph-Francesc Valls, El Correo Catalán, 13/04/1979
«Te miras en un espejo en Venecia y no eres exactamente tú. Te refleja una imagen ambivalente. Una imagen que, a bote pronto, te repugna. Dices que no eres tú. Después te das cuenta de que sí, de que tú eres aquel reflejo opaco»
Abel Posse, argentino, cónsul dedicado a actividades culturales en Venecia, como un rentista cualquiera que se instala entre los canales, acaba de irrumpir trepidantemente en la literatura. Se trata de su tercer libro de narrativa. Anteriormente se dedicó a la poesía y en la prehistoria de su narrativa escribió «como un hombre de bien, es decir, unos textos donde la gente pausadamente, sin agobios hablaban en sus veladas burguesas de poesía, ética, política, estética, literatura. Diálogos en fin perfectamente normales y bien escritos».
Con su última novela tras siete años de no tomar la pluma, ha roto con este realismo crítico o hiperrealismo con claros ribetes sociales. «Basta ya de historias anodinas y rectilíneas».
Daimón es para él una experiencia más allá de la literatura. «Es un producto de la destrucción de la literatura. La autogestión de la literatura».
Esta novela recién publicada ha llamado poderosamente la atención. Es una nueva concepción del realismo mágico, de la narrativa imaginativa. Toma la leyenda en torno a Lope de Aguirre, el colonizador español de América que optó por rebelarse contra su rey, Felipe II, y su Dios para pactar con el demonio.
«He tomado, creo, los elementos literarios de la narrativa argentina. Nuestra literatura y eso se percibe en Sábato, Borges, observó una actitud ciudadana y los temas tienen connotaciones europeas. Yo diría que la literatura argentina es una literatura que no pudo ser europea. Y la tendencia hacia lo mágico y fantástico se encuentra en esta literatura americana, en general, que no hace sino partir de la española. Para atendernos. Nosotros no hemos hecho más que partir de Quevedo…».
La ruptura con el realismo crítico se produce tardíamente en Posse. Respecto a la gran generación de latinoamericanos: Borges, Márquez, Vargas Llosa… Casi diríamos, un poco a destiempo, cuando mágico, el birlibirloque y la experimentación lingüística buscadas ya han tocado techo y una vía de salida. La eterna construcción y destrucción de las formas literarias y lingüísticas de las que nos hablaba hace poco Juan Goytisolo.
DELIRIO Y FANTASÍA
¿Cuál es el motivo del cambio en Posse?
Simplemente una evolución. Al desaparecer en mí los elementos folklóricos del realismo crítico, me he percatado de que es a través de la fantasía y del delirio cuando se alcanza un conocimiento de la realidad más profunda. El testimonio de Lezama Lima, Borges, García Márquez, es un testimonio de la realidad, más fuerte que el propio realismo. Cualquier forma de irracionalismo se acerca más interesantemente a la realidad. El tema, pues, se entremezcla en la experiencia lingüística y ambos adquieren un vuelo delirante, pantagruélico. Hemos alcanzado la deformación de la realidad.
Abel Posse habla sin prisa, aunque acelera el ritmo de palabras por segundo al referirse a la deformación de la realidad como forma más inmediata de acercarse a ella.
«A ello me ha ayudado mucho Venecia. En Venecia todo es opaco, las imágenes nunca aparecen nítidas, de las callejuelas te puede aparecer y desaparecer cualquier cosa en un instante. Además se produce el filtro de la cultura bizantina.
Cuando hablamos de escritores latinoamericanos casi siempre nos aparece la imagen del escritor de cualquier país de América, que vive en Europa. Bien, un exilio político, las más de las veces, bien un exilio literario, antes o después, mucho tiempo o cuatro días, Europa es su Meca.
«La distancia revela. Por la vía de la nostalgia recuerdas tu propio idioma, la problemática de tu gente. Yo creo que esto se da en los escritores latinoamericanos y no, por ejemplo, en los rusos. Boris Pasternak si no se exilió fue menos por motivos políticos que por esta circunstancia. En cuanto a nosotros, existe todavía en los latinoamericanos la mentalidad de colonia. Ustedes, es decir, Europa, son la metrópoli».
Posse abandonó Argentina en 1959 y prácticamente desde entonces ha vivido en Europa: Francia. España, Rusia e Italia. Este último país y en concreto Venecia es quien ha ejercido una influencia mayor sobre él:
«Venecia es lo tangencial, lo semioculto».
La justificación de vivir fuera del país, la justificación del realismo mágico no pasan porque el escritor se margine de ofrecer propuestas ético-morales y políticas. ¿no?
«Contra la voluntad del propio escritor existe siempre una resultante de carácter político-moral tras cada obra. Si lo provocara premeditadamente no lo conseguiría. La obra estética se reúne con la realidad no a través de un compromiso sino a través de un reflejo trasversal y reformado de esa realidad Aparece siempre un trasfondo moral»