Gabriela Madrigal, Entrevista Golden (México), 1989
A manera de broma se dice que los mexicanos descendemos de los mexicas, los peruanos de los incas y los argentinos de los barcos, puesto que son un pueblo formado, en su gran mayoría, por inmigrantes europeos; de hecho, Buenos Aires se presenta a los ojos del viajero como un pedacito del continente europeo puesto sobre el americano. Esta cualidad cosmopolita del pueblo argentino se refleja tanto en su arquitectura como en su temperamento y su intelecto abierto a todas las corrientes del pensamiento humano, por esa misma razón Argentina ha sido la cuna de literatos tan importantes como Julio Cortázar y Jorge Luis Borges, indudablemente pioneros de la corriente llamada Realismo Mágico, que alcanzara su esplendor a finales de los años cincuenta y que diera pie al «Boom Literario Latinoamericano», representado por los mismos Cortázar y Borges, Carlos Fuentes de México, Mario Vargas Llosa de Perú y Gabriel García Márquez de Colombia.
Hasta la fecha, la literatura latinoamericana sigue produciendo obras de calidad internacional y Argentina sigue poniendo su granito de arena. Abel Posse nació en Córdoba (1934) y estudió la carrera de abogacía en Buenos Aires. A los 31 años de edad ingresó al servicio diplomático de su país, lo que le permitió viajar a la Unión Soviética, Perú, Francia, Italia e Israel.
De aquí proviene su visión universal reflejada en su producción literaria que consta de ocho obras, algunas de ellas están traducidas en once idiomas’ y su autor ha sido galardonado con premios internacionales entre los que destaca el Rómulo Gallegos y el Diana Editores.
La más reciente novela de Posse, intitulada El Viajero de Agartha, aborda el nazismo de los años cuarenta desde una perspectiva nada usual: el esoterismo y las sectas ocultistas a las que pertenecían los altos dirigentes nazis.
GOLDEN: ¿Qué motivó a un escritor latinoamericano a tratar este asunto?
POSSE: Como escritor latinoamericano estoy abierto a todos los asuntos que sean de interés universal, hay escritores que viven fascinados por un solo tema, yo por el contrario abordo diferentes asuntos. He escrito esta novela abordando el viejo fantasma del fascismo porque me pareció que en Europa, y en especial los autores alemanes, no habían explorado el aspecto más novelesco del fascismo que es el de las sociedades ocultistas secretas que estaban presentes en el origen mismo del movimiento nazi y las aspiraciones paganas del mismo. Yo lo llamaría el lado wagneriano del fascismo, me ocupo menos de la política expansionista de la Alemania hitleriana y pongo más atención al lado oscuro, esotérico de los nazis.
GOLDEN; ¿Se trata de una novela histórica o es una ficción?
POSSE: Ambas tendencias convergen aquí. Por supuesto utilicé mi imaginación en muchos pasajes, pero basada en hechos históricos. Es verdad, por ejemplo, que los nazis se organizaban en sociedades ocultas que buscaban la supremacía de la raza aria por medio del esoterismo, los poderes ocultos y demás. De hecho, y como aparece en la novela, se enviaron expediciones en busca de conocimientos esotéricos, varias fueron al Tibet por órdenes de Hitler; una muy famosa es la de Otto Rahm que buscó la pista de los caballeros templarios. Con base en esos elementos a mí me pareció interesante descubrir el aspecto menos conocido de esa pasión que supo despertar Hitler en el pueblo alemán; en realidad siempre me pregunté cómo había sido posible que un solo hombre transformara a un pueblo culto en una horda de asesinos, no todos, pero sí una significativa mayoría.
GOLDEN: ¿Esta pregunta la contesta en su novela?
POSSE: Intento hacer que un solo personaje viva la crisis de esa cuestión y en cierto modo queda sugerida, el lector, tiene que completarla; yo no doy una respuesta terminante y absoluta, presento el hecho: las sociedades germánicas ocultistas de donde surgió el fascismo tal y como se nos presentó en los cuarenta.
GOLDEN. El ocultismo y las sectas satánicas son un tema de moda, ¿escribió este libro pensando en cierto tipo de lector?
POSSE: Yo tengo la convicción de. que todo lo que me sucede a mí le puede suceder, le sucedió o le está sucediendo a muchas personas a lo largo y ancho del mundo. Aunque sea muy particular la idea que desarrollo, como en el caso de Agartha, estoy seguro que a muchos les interesa porque finalmente pertenecen a la condición humana. Lo que quiero decir es que intento acceder a la universalidad por medio de la individualidad; hay obras muy personales como las de Kafka, las de Juan Rulfo, que se desarrollan en escenarios apartados, se podría decir inhóspitos y sin embargo reflejan la esencia del ser humano que se encuentra en Turquía, Praga, o América, porque son parte de la condición humana.
GOLDEN: Retomando su idea de la condición humana, ¿podría decirse que la sociedad moderna vive en constante angustia, pues los libros de mayor venta son los que contienen violencia, drogas y sexo?
POSSE: No lo creo, en todas las épocas han habido escritores tétricos, sombríos como Dante, Baudelaire, el mismo Rulfo, paralelamente con escritores festivos como Cortázar, Carpentier, Aristófanes, Bocaccio, en fin, la literatura abarca todo lo que existe en la condición humana, no creo que existan épocas estigmatizadas.
GOLDEN: Desde su perspectiva como escritor, ¿cuál es la condición de la literatura latinoamericana en la actualidad?
POSSE: Me parece que es la literatura más rica que hay en este momento en el mundo, es la más viviente. No hay ninguna que se le pueda comparar en intensidad, ni en Europa, ni en Estados Unidos. Hay, sin embargo, una literatura muy intensa en los países del este europeo porque son zonas de crisis, pero la de Latinoamérica sigue siendo la más viva de nuestra época. Los latinoamericanos tenemos todavía mucho que decir, porque nuestro continente está escindido, traumatizado, como si estuviera naciendo.
GOLDEN: ¿Está naciendo nuestro continente?
POSSE: Yo considero que sí, porque todavía no tenemos las formas políticas, económicas ni sociales que realmente corresponden a nuestra idiosincrasia, a nuestra formación. Hemos estado marginalizados, en algunos casos automarginalizados, pero ahora se está dando un despegue sólido de nuestros países.
GOLDEN: ¿Ha abordado este estancamiento en algunos de sus libros?
POSSE: Directamente no, pero en mis novelas históricas Los Perros del Paraíso y Daimón, traté de buscar las causas de la ruptura cultural que nos trajo la conquista; con un estilo muy especial porque considero que los libros no importan tanto por su ideología, ni por el tema, sino cómo está expresado el tema.
GOLDEN: ¿Entonces su literatura se aboca más a la forma que al fondo?
POSSE: Forma y fondo están unidos, pero sin una forma correcta, sin un lenguaje pulido no se puede acceder a ningún fondo. Cuando los escritores son muy jóvenes consideran que las ideas o sus sentimientos son lo más importante y expresar eso es todo, pero no se dan cuenta de que para expresar algo, cualquier cosa, es necesario cultivar el lenguaje, tal y como, se lee en Carpentier, Cortazár, Borges o Carlos Fuentes.
GOLDEN: Cortázar y Borges fueron los pioneros del Realismo Fantástico, ¿esa tendencia continúa vigente en la literatura latinoamericana actual?
POSSE: La literatura latinoamericana siempre ha tenido todas las tendencias. Un hombre como Rulfo, por ejemplo, es un autor del hiperrealismo y llega a lo fantástico cuando los muertos se mezclan con los vivos; Borges, a pesar de ser un autor conceptual también accede a un mundo de fantasía, y es que en la vida, en la realidad misma del mundo, lo que es misterioso y desconocido y lo que es conocido y medible están mezclados. La realidad tangible es sólo una primera etapa vivida y reconocida, pero detrás de ella sabemos que está la otra realidad, lo fantástico que acecha en los rincones de la vida rutinaria, y ambas forman una unidad. Ahora bien, la literatura latinoamericana, por un exceso de fantasía, o por un juego de la misma, se sitúa de entrada por fuera del realismo tangible y accede de lleno al mundo de la fantasía, la magia cotidiana que además responde a nuestra forma de ser; nosotros los latinos somos gente con mucha imaginación, con ritmo, somos especímenes humanos muy distintos al hombre racional europeo, guiado por la lógica formal y las fórmulas matemáticas, son preferencias, inclinaciones vinculadas a la idiosincrasia de los pueblos, me parece difícil imaginar a un hombre como Gabriel García Márquez escribiendo en Alemán, por ejemplo.
GOLDEN: ¿El realismo fantástico se encuentra presente en su obra?
POSSE: En Los Perros del Paraíso y Daimón hay algunos elementos de esa corriente, no todo, pero sí algunos elementos. El realismo fantástico es una manera de interpretar la realidad de nuestro continente, como lo escribió Carpentier, la realidad latinoamericana no puede ser interpretada cartesianamente, es decir, de una forma racional; para acercarse a ella es necesario comprender que la realidad aquí es de por sí fantástica, lo real maravilloso acontece cada día y en cada esquina. Lo que sucede es que desde la conquista ha quedado como un imperativo cultural la interpretación de nuestra realidad con el lenguaje de las sociedades europeas y con una visión europea. Como respuesta los poetas y novelistas latinoamericanos hemos creado un lenguaje propio y distinto para aproximarnos a nuestra realidad. De hecho, no existen filósofos sobresalientes en América Latina porque los pocos que hay utilizan categorías, sus métodos provenientes de Europa no se acoplan a nuestra realidad, por eso la novela y la poesía son el único cuerpo donde reside la conciencia de América.
GOLDEN: ¿Cuál sería entonces el papel de la literatura en nuestro continente?
POSSE: La literatura como parte de la cultura latina es, a mi parecer, el único medio que tenemos para conservar nuestro ser, nuestra esencia. No tenemos una fórmula económica que sea independiente; todas nuestras fórmulas son relaciones entre Estados interdependientes, en esa interdependencia hay una filtración de mecanismos culturales extranjeros, ajenos a nuestra idiosincrasia, y de todos ellos el más peligroso es la subcultura, los latinoamericanos estamos invadidos por la televisión y la única forma de combatirla es con la cultura, es decir, llevar a la gente de la subcultura del folletín predigerido a los libros que verdaderamente les aporten conocimiento, experiencia o emociones estéticas.