Emanuel Rodríguez, La Voz del Interior, 20/04/2007
Cuatro meses y tres ediciones atrás, La santa locura de los argentinos instalaba una tesis polémica en las librerías, en los estantes de libros de ensayo copados por el neo revisionismo histórico
Polémica, porque supone una crítica hacia un período presidencial que los intelectuales que más libros venden no suelen mirar: el actual. Polémica, también, en tanto resume la posición política de un escritor controvertido que tiene un extraño lugar en el campo literario argentino.
La santa locura de los argentinos agotó tres ediciones a pesar de que su autor, Abel Posse, asegura ocupar «una posición marginal en la vida nacional».
Posse recibió ayer, en la jornada inaugural de la Feria del Libro de Buenos Aires, el premio anual a la «Vocación de Oro», y hoy a las 18.30 dictará una conferencia en la sala Regino Maders de la Unicameral (Deán Funes 94), en un nuevo encuentro del ciclo «Parlamento y Sociedad».
El título de la charla es «Argentina en la crisis del mundo actual», y el escritor adelantó algunos de los temas que abordará: «Hablaré sobre la situación del país en un contexto mundial tan crítico. Su descolocamiento en lo que respecta a la política internacional».
-¿Por qué se refiere a «descolocamiento»?
-Porque tenemos una situación internacional muy difícil. Frente a la política internacional que alguna vez fundamos junto a Brasil, en el Mercosur, ahora surge como figura dominante el presidente venezolano Hugo Chávez, por razones económicas menores. La Argentina adscribió a su liderazgo en lugar de entablar una relación con Venezuela dentro de los marcos de lo que ya se había formado con Brasil.
-¿Qué tipo de debates cree que se deben dar en la cultura argentina para cambiar ese lugar?
-La Argentina está en un momento cultural lamentable. Porque no tenemos una cultura que garantice ya el sistema constitucional. Vivimos una situación de crecimiento sin desarrollo social ni institucional, ámbitos en los que hemos vivido una regresión. Cuando se inició este período, con la presidencia de Eduardo Duhalde, no podíamos imaginarnos que el verdadero problema de hoy iba a ser político y no económico: en aquel momento sobrevivir y poder crecer fue todo, y eso se logró, aprovechando el viento mundial económico; pero después nos encontramos con una situación de caída institucional lamentable. El país vive escenarios de vandalismo, de falta de presencia del Estado. Los dos proyectos más importantes del Gobierno en este momento, aparentemente, son el Banco del Sur, que maneja Chávez, y el utópico gasoducto continental, que también es un programa de Chávez. Como si los argentinos no hubiéramos pensado nuestra política internacional, o la hubiéramos dejado de lado.
Escritor marginal. Tan admirado académicamente como ignorada por el gran público, la vasta trayectoria literaria de Posse incluye un premio Rómulo gallegos, en 1987, por Los perros del paraíso, y traducciones, de la misma obra, a 16 idiomas. Actualmente escribe una novela sobre los años ´70, «una observación crítica sobre esta decadencia argentina que llevó a preferir la muerte a la creación».
-¿Cómo calificaría este momento de su carrera literaria?
-Soy un escritor muy reconocido en el exterior, y bastante marginal en la Argentina. He vivido afuera toda mi vida, por mi trabajo diplomático, pero de todas maneras he tenido una relación fuerte con los escritores y con la crítica en este país. Eso me conforma a veces, por cierta marginalidad o poca presencia en la vida nacional.
-¿Cree que hay motivos de sesgo político en esa marginalidad de la que habla?
-Sí. Creo que es un tema político porque mi independencia no fue tolerada «ni por los tontos de izquierda ni por los tontos de derecha», como decía Ortega. He sido independiente, no he creído en el revisionismo histórico oblicuo y mentiroso con que se interpretaron los años ´70, no he creído que Malvinas fue una traición a la Argentina (fue un episodio político y militar que salió mal, pero no es motivo para caer en la auto aniquilación de los argentinos, ni en la falta de orgullo). Me he distinguido por mi pensamiento independiente y absolutamente honesto, porque si me hubiera querido ubicar en el campo literario argentino no hubiera dicho nada, y así me he separado un poco del horrible conformismo y de lo que creemos en la Argentina que es lo políticamente correcto.
-¿Qué es «lo políticamente correcto» en la Argentina?
-Una posición que ha sido en realidad un acto de sumisión a ese progresismo internacional según el cual todo lo que venía de ese lado parecía maravilloso. Y se terminó en una sociedad que perdió todos sus valores.