Nadezhda Gorlova, Literaturnaia Gazeta, Moscú, 30/06-5/08/2003
Abel Posse es un conocido escritor y diplomático argentino, actual Embajador de la República Argentina en España, El lector raso lo conoce por tres de sus abras: «Los perros del paraíso», «Cuadernos de Praga»‘ y «El largo atardecer del caminante”, publicadas en la revista y la Editorial «Inostrámaya. Literatura”. El señor Abel Posse viajó a Moscú para prestar la edición rusa de estas dos últimas y demente aceptó conversar con la periodista de «LG».
‑ Una pregunta a la cual Ud., seguramente, está cansado da contestar: ¿la actividad diplomática lo ayuda como escritor o ocurre le contrario?
‑ La combinación del trabajo diplomático y literario no representa para mí ninguna dificultad porque yo soy una persona de carácter «esquizofrénico» y dividirme en dos hipóstasis no me resulta difícil. La diplomacia ayuda a la actividad literaria al no dejarme mucho tiempo libre para escribir y ello ayuda a concentrarse. Por su parte, el escritor libera al diplomático de muchas ocupaciones inútiles, a las que yo estarla condenado si no tuviera la justificación de la tarea literaria.
‑ En el siglo XX la literatura Latinoamérica se hizo famosa en todo el, mundo. ¿Ud. se considera perteneciente por entero a ella o ocupa una posición especial, más orientada hacia Europa? Tuve oportunidad de leer, al respecto, opiniones Contradictorias de críticos literarios.
‑ Si tenemos, indefectiblemente, que hablar de mi le diré que el núcleo de mi creación es la literatura latinoamericana. Sus tradiciones narrativas me son más próximas que las europeas, en particular las francesas. Nací en Buenos Aires, ciudad multinacional. El carácter de esta ciudad ha dejado su huella en la creación de muchos escritores argentinos, entre los que se cuentan Borges, Cortázar‑ yo pertenezco a la misma generación. Y es verdad que, en el siglo XX, la literatura latinoamericana produjo una revolución: en ella se fundieron milagrosamente la fantasía y la realidad.
‑ Se le aplica el término de “Realismo Mágico”
‑ Esta definición resulta limitada, como todas las definiciones: pero es bastante acertada. Lo más importante es que la literatura latinoamericana fue más allá de la simple narración, realizada desde el, punto de vista de ideas racionales, sin fantasía, formuladas de acuerdo con la razón, lo que es característico de Francia, Alemania. Ella violó este principio de la narrativa. Sin embargo, en mi creación, además de la veta latinoamericana, hay otra, próxima al universalismo europeo.
‑ ¿Ud. se considera un novelista historicista, es decir que trata asuntos de la historia real? En «Los perros del paraíso», por ejemplo, aunque el tema de la novela es histórico ‑el descubrimiento de América‑, hay muchas cosas actuales, un léxico contemporáneo.
‑ Si, así me considero‑ Esto es un momento muy importante para mi como escritor, los acontecimientos históricos no son importantes por si mismos, sino como reflejo de fenómenos culturales. Tomo acontecimientos históricos y los «carnavalizo» (en el sentido de Bajtín): pongo al descubierto, a través de ellos, las capas culturales. En lo que se refiere a América Latina, se trata de capas que muestran las heridas que recíbi8 nuestra cultura tradicional en el choque con la llegada de Europa. No se trata de un método cronológico de exposición, sine acr6nico: no es la repetición de la historia desde un cierto punta de vista, sino algo diferente: al describir un episodio histórico, yo quiero tomar al lector, sacudirlo y arrojarlo a un otro plano temporal para que comprenda que la historia no es importante por si misma, sino en la medida en que ella muestra. la lucha entre (o la unión de) diferentes valores culturales.
‑ ¿Ud. pase. más tiempo en su casa, sentado a su escritorio, que trabajando en los archivos, incluso cuando escribe sobre temas históricos?
‑Al contrario. Para no deformar la historia, sino para quitarle la página de lo acostumbrado, para encontrar en ella algo nuevo, hay que conocerla muy profundamente. Nunca tengo problemas con los historiadores porque yo no deformo su objeto de estudia. Mucho de lo que, a primera vista, parece una deformación, son hechos que antes habían pasado inadvertidos. Simplemente yo los veo de otra manera, les doy una significación diferente. Tos críticos señalan que jamás cambio el carácter de los personajes; en mis novelas ellos son tal cual como los conocemos por las descripciones de fuentes históricas. Lo único que cambia es la interpretación.
‑Tanto en “Los perros del paraíso” como en “El largo atardecer del caminante» se desarrolla el tema del paraíso. ¿Qué significa para Ud. esta temática: la nostalgia por la América Latina del pasado, la vuelta a los orígenes o una imagen filosófica?
‑ Yo juego con el concepto judeo‑cristiano de «paraíso», que, en verdad, es un paraíso muy triste. Lo contrapongo a otro, a la imagen que de él tuvieron los indios de América latina: ellos creían en la vida después de la muerte, pero consideraban que el paraíso se encuentra aquí, en la tierra. En la tierra sin mal, El paraíso ya está aquí, pero es necesario hacerlo presente. En la tradición judeo‑cristiana también el paraíso estaba en la tierra, pero el hombre lo perdió. Y Colón, ese judío loco, partió en su búsqueda. Escribió a la Reina de España y al Papa romano que lo había encontrado. Esta afirmación no salió de la imaginación del escritor; hay testimonios documentales. Por el contrario, los indios no buscaban nada., excepto el paraíso para la vida cotidiana; aquellos lugares donde hay más agua, más frutos comestibles, menos mosquitos: para eso no es necesario pasar a otro mundo. Las diferencias radicales entre estas dos culturas viven dentro de cada latinoamericano. Todos nosotros estamos quebrantados por esta diferencia. Sabemos como nadie qué es la globalización (y, cama podemos, demostrarnos que no la deseamos mucho que digamos), puesto que la primera globalización fue la cristianización del mundo. Luego el marxismo fue otro intento de globalizar el mundo y actualmente tiene lugar la tercera globalización, ahora de índole económica. El que el paraíso se encuentre aquí o en e1 más allá es la base fundamental de todos los conflictos que se manifiestan por doquier.
‑ Ud., ha escrito sobre la primera globalización: la conquista. «Cuadernos de Praga» trata sobre la segunda, a saber, la difusión del marxismo y su activo partidario, el Che Guevara. ¿Qué escribirá Ud. sobre la globalización actual?
‑ Hacemos todo lo posible para que no triunfe por completo. Me considero un retrógrado porque no creo mucho en el progreso técnico. Por el contrario, deposito esperanzas en las regiones poco desarrolladas. Ellas tienen un gran potencial para desarrollarse moral, ética y estéticamente. El progreso técnico no me parece el logro supremo. Valoro a Heidegger, porque advierte sobre los peligros de una visión exclusivamente tecnológica del mundo. Tanto el capitalismo como el comunismo adoran al mismo dios: el progreso técnico. Este es el más grande enemigo de la humanidad porque transforma al hombre en cosa.
‑ ¿Existen escritores que hayan influido en su creación?
Yo he reunido en mí mucho de muchos, pues tengo una formación cosmopolita: estudié en Francia, viví en Paris, en Italia ¡Seria más fácil decir dónde no he vivido! Por supuesto, también la literatura rusa significa mucha para mi: Dostoievski, Gogol, Chéjov, Tolstoi, Nabókov, Bieli, Paustovski, Ajmátova‑ Veo la literatura rusa como un gran edificio, cuyo exterior es magnífico y con una compleja estructura interior.
‑‑ ¿Continuará manteniendo contactos con las editoriales rusas?
‑ Yo nunca promocioné mis libros, nunca me preocupé por si serian o no traducidos a otros idiomas; pero si las editoriales rusas quieren traducir mis obras, me alegraré, claro. Sé que los rusos no solo leen, sino que obtienen una enorme satisfacción de la lectura. Esto es algo que no ,se observa a menudo. Espero que pronto sea traducida y se publique «La pasión según Eva», una novela sobre Eva Perón. Me gustaría mucho publicar en ruso la novela sobre el origen esotérico del fascismo, que se llama «El viajero de Agartha» ya hay un acuerdo preliminar con la editorial, pero todo esto no depende de mí. No soy capaz de ir controlando cómo se publican y se venden mis libros. Se han traducido a 17 idiomas, pero yo no tomé parte en ese proceso. Ahora he venido a presentar la edición rusa de «Cuadernos de Praga,» y «El largo atardecer del caminante» solo porque quería volver a Rusia, donde trabajé en los años 60.
‑ Deseo formularle la última pregunta: ¿cuál es la situación de los escritores en Argentina de hoy? En Rusia, por ejemplo, un escritor serio no puede vivir si se dedica sólo a escribir.
‑ ¡El escritor no debe vivir, en cuanto a lo material, a cuenta de su creación! Es trágico que deba hacerlo. Hay que saber vivir en las catacumbas. Y en el mundo moderno, independientemente de lo que exige la vida material, el escritor debe mantener su alma libre. En Argentina, como en España también, mis amigos, buenos escritores, escriben por dinero, con lo que destruyen sus dotes creativas. Los lazos secretos, intimas que unen al lector (que, supongamos, después de almorzar, se va a la cama con un libro y una taza de té) y al escritor constituyen la literatura. Lo sacramental no debe ser objeto de comercialización, Sin embargo, la literatura se está convirtiendo en, un negocio, lo que se puede observar en todas partes, en especial en EEÜU. Esto es simplemente horrible. El escritor aun no ha empezado su labor y ya la editorial y las librerías le dictan qué y chino debe producir. Es mejor evitar esta red y publicar en pequeñas editoriales universitarias, en las que nadie exige al escritor que escriba sobre ésto o aquéllo y de ésta o de otra manera. Muchas escritores que comenzaron bien se convirtieron en juguetes en manos de las editoriales y de las estructuras comerciales. Y desaparecieron como creadores. La sociedad tienta al escritor, quiere que se convierta en un fenómeno subultural. Si el escritor se doblega, abandona el mundo de la cultura y se transforma en un simple habitante.