Ricardo Huertas, Solidaridad Nacional (España), 26/09/1975
Ha estado unos días en Barcelona el escritor argentino. Abel Posse, para preparar la edición de su libro Los bogavantes, que Editorial Planeta sacará a la calle dentro de unas semanas. Hombre cordial y gran conocedor de la problemática internacional, dada su condición de diplomático. La entrevista se desarrolló en términos de conversación no concretada en la literatura, sino generalizada a la visión del hombre o lo largo de sus distintos lugares de destino.
Abel Posse nació en Buenos Aires el año 1939. Es pues, un hombre joven con las mismas inquietudes de las de su generación. Poeta, ha publicado varios libros en verso y en prosa, además de éste que va a ver la luz en España y que ya se publicó en su país hace unos seis años. La boca del tigre con el que obtuvo el Premio Nacional de Literatura de Argentina.
¿Qué es este libro?
El diálogo con las posibilidades de vivir; una búsqueda bastante iracunda a través de los lemas de nuestro tiempo, desde el revolucionarismo fácil hasta el conformismo burgués.
¿Novela social?
Sí, implica también lo social como uno de los temas fundamentales de nuestro tiempo…Es, pudiéramos decir, una novela de la crisis actual.
¿Novela amarga?
Sí, porque más bien habla de la desilusión de nuestro tiempo; de la duda y de las imposibilidades de encontrar un nuevo lenguaje para lo sagrado.
¿Por qué existe tal desilusión?
Pienso que somos los habitantes una crisis total, las ideas revolucionarias están envejecidas, no hemos sabido crear formas éticas adecuadas y la sociedad tecnológica e industrial que domina las superpotencias, nos resulta francamente peligrosa para mañana.
¿Cuál es la situación de su país, literalmente?
Es un país muy estable literalmente, hay muchas casas editoras y muy buenos escritores; lo que se llama un movimiento cultural estabilizado. Y, como España, estamos un poco al margen de la euforia latinoamericana.
Decía antes que las ideas revolucionarias están envejecidas y sin embargo, por todas partes saltan revoluciones.
El revolucionarismo fácil es un episodio de la neurosis de nuestro tiempo. En realidad, no se ha creado ningún módulo de vida verdaderamente seductor; las revoluciones nacen enfermas de represibilidad. Por eso, el gran esfuerzo de nuestro tiempo debería ser el de imaginar con libertad formas de cambio que no impliquen necesariamente ni la miseria ni el totalitarismo.
Posse, que como decía al principio, es diplomático de carrera, ejerce actualmente corno cónsul de su país en Venecia. Anteriormente estuvo destinado en Rusia, España, Francia, y Alemania. Me habla de la vida en cada país donde vivió y al referirse a Italia afirma:
« No me interesa nada Italia. Ni la filosofía de sus gentes ni sus nuevos ideales; es un país a la deriva. Ahora están viviendo un comunismo snob que les llevará a sabe Dios donde. Yo, cuando quiero vivir, cuando quiero reencontrarme con mi modo de ver, me vengo con mi esposa a Barcelona. Desde que piso tierra española siento variar por completo mi estado de ánimo. A propósito de esto, hace poco, Pasolini, al regreso de una corta estancia aquí en Barcelona, escribió algo que levantó terribles protestas. Textualmente dijo: “Después de haber estado viviendo unos días en Barcelona, pienso ahora que estoy viviendo entre gusanos”. »
Dígame por último señor Posse, ¿qué son los bogavantes?
Unos crustáceos que se comen entre sí y también a su primer remero, el que daba el ritmo a los otros esclavos en las galeras. Al caer te toca elegir.
Pues sí que lo pone difícil.