Carolina Sanabria Sing, Ancora, 21/03/1999
Autor extraño, sin duda, Abel Posse en sus textos, parece regido, como el protagonista de su olvidada novela Daimón, por un espíritu demónico, que hace de la suya una escritura reverente, subversiva e incluso herética.
Sin tratar de ver su producción como el resultado de un soplo divino ‑o demoníaco, más bien ‑, existe toda una vasta formación académica que atraviesa sus textos y que no se puede obviar: nacido en 1936 en Córdoba, Argentina, Posse inicia su educación en Buenos Aires, «patio de su infancia y adolescencia». En 1959 se traslada a París, donde sigue estudios políticos y literarios. Diplomático de carrera, vive años en Tubinga, Sevilla, Moscú, Lima, Venecia, París, Israel y Buenos Aires.
Su trayectoria literaria no puede de ninguna manera calificarse de estable u homogénea: su primera novela, Los Bogavantes, aparece con retraso en España a causa de la censura franquista, y la segunda, La boca del tigre (1971) obtiene importantes reconocimientos: Premio Nacional Trienio 1969‑1971 y el Premio Nacional de Literatura Argentina. En 1987 recibe el Premio Rómulo Gallegos (máximo galardón de literatura latinoamericana concedido cada cinco años) por Los perros del paraíso y en 1988-1989 gana en México el Premio Internacional de novela Novedades y Diana por El viajero de Agartha.
Textos como Daimón y Los perros del paraíso han sido publicados con gran éxito en España y Francia, traducidos al inglés, francés, alemán, portugués, holandés, checo, ruso y estonio. Peca esta situación contrasta notablemente con el hecho de que sus obras no han obtenido una difusión acorde (¿mercadeo?) con el reconocimiento de tantos premios internacionales. Este desconocimiento de sus textos por un amplio sector del público lo convierten en un escritor ambiguo: marginal, en el plano de recepción, distribución y consumo, pero a nivel de reconocimiento crítico se le premia y hasta se le compara con Carpentier y García Márquez. De manera que Abel Posse tiene, aun en su literatura, la extrañísima característica de debatirse entre la censura y el reconocimiento, la marginalidad y la premiación.
Momento de morir, La reina del Plata, Los demonios ocultos y su segunda parte, EL viajero de Agartha, La pasión según Eva (sobre Eva Perón) son algunas de sus obras. Especial interés por su propuesta guarda, sin embargo, la trilogía sobre el descubrimiento y conquista de América, narrada desde la perspectiva de polémicos conquistadores españoles: Lope de Aguirre en Daimón (1978), Cristóbal Colón en Los perros del paraíso (1983) y Cabeza de Vaca en El largo atardecer del caminante (1993), con lo que se inscribe en la tradición literaria de reescribir, como otros escritores contemporáneos latinoamericanos, la conquista y colonización.